lunes, 27 de septiembre de 2010

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Recordando ahora mi primer post, donde dije que la muerte no me habia querido mirar aun... ahora digo, que no quisiera que me volviera a hacer ojitos, asi haya sido de lejos... quiero que se quede lejos, mirarla a traves de una camara...a lo lejos y espero que este partido astrologico siga teniendo tantos a mi favor. Acuario 1 - Cancer 0. Este partido apenas comienza, afortunadamente hay una nueva contratacion y viene con su propia barra brava, eso motiva...



Lo que queda por extirpar es la tristeza y el miedo... esas no se han ido, se han quedado a visitar mas de lo debido. Y como dice el dicho, las visitas como los muertos...

domingo, 1 de noviembre de 2009

Negro...

No hay muchas ganas de escribir...(pero tomando en cuenta las fechas y que todas las mujeres en estas tierras en las que me encuentro se visten de negro).Salvo contar que la muerte es algo tan inevitable como el dolor que causa. Esa agonía en que pone al corazón es difícil de explicar. Dificilísimo de explicar. Duele casi hasta los huesos y entra lento y a pedacitos, como si no fuera suficiente con entrar de golpe. Y duele cada año y cada día y en cada momento, incluso a través del tiempo. Papa, por ejemplo, es un muerto libre que a veces necesito pensar para regocijarme un poco.
En los entierros uno se pone gafas por costumbre y se viste de negro solo por costumbre. Ahora que lo pienso de nuevo, creo que muchos nos ponemos de negro y usamos gafas, más que por costumbre, porque el alma se viste de negro, cubierta por el dolor que causa sentir la muerte de frente, pero sobre todo, valga la aclaración, la ausencia de frente. Por enésima repetición en la vida, los abrazos no son los mismos entre vivos, que de vivos y muertos. Pasa entonces que uno quisiera devolver el tiempo y quedarse en esos diez años menos donde todavía se podía sonreír, juntos, para ser exactos.
La muerte trae muchos recuerdos y por eso uno podría tildarla, los primeros días en que se aparece, como una cruel que no tiene sentimiento alguno, que no le importa nada. ¿Te acuerdas de esa noche y se reía a carcajadas, visiblemente feliz? Claro que me acuerdo, como si fuera al instante. Y los recuerdos se van llenando de lágrimas, tanto que el corazón se inunda y son muchos los muertitos de pedazo de corazón que se van esa noche. Muertitos a los que pocas veces les hacemos duelo.
Y aunque la muerte es una belleza, porque eso de la eternidad podría ser peor, es ineludible su dolor, su parsimonia y lo que se quiera… a veces la juzgamos solo por el hecho de no saber que hay más allá. A veces creo que debe ser mucho más interesante, solo que no nos pueden revelar los secretos porque habrían muchos suicidios. Es como la magia de los magos: se perdería la ilusión, y por tanto, dejaría de valer la pena.
Para terminar, digamos que la muerte duele más cuando los años no son suficientes para morir, y mucho menos si los años para los que siguen vivos no son suficientes para aceptar la muerte tan fácil como sería cuando ya, por derecho, se ha de esperar.
Déjenme con mis lentes negros y mi camisa y mi pantalón y mi alma. El negro tiene un poco más de resistencia para los latigazos que trae la muerte, para esos que nos quedamos de pie. Esos mismos a los que todavía no le da la gana de mirar, o no lo interesa mirar.

martes, 17 de marzo de 2009

Quiabido ! Quiubo! Quihay!

Simplemente como para empezar este blog, un saludo...